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Diego Briseño

Música para mis ojos.

Hace poco tuve una plática con una compañera lectora. Ella me platicaba que no puede leer si no tiene música ya que si la lectura le parece tediosa o aburrida la música le provoca mantenerse alerta y atenta a su lectura; pero si la lectura le es interesante o se

mete de lleno en esas letras la música le genera un ambiente completamente diferente. Este hecho me pareció bastante interesante ya que, en lo personal, ¡no puedo leer con todo tipo de música!


Me llama muchísimo la atención la gente que, como esta chica, puede tener esta doble atención: la de leer y comprender su lectura juntó con la facilidad de escuchar música. No quiere decir que no lo he intentando, al contrario, he tenido ocasiones, sobre todo en el transporte público, que hay música de fondo y estoy leyendo sin ningún problema, y comprendiendo todo lo que leo. Esto generalmente me pasa cuando escucho canciones nuevas, música sin letra o canciones en un idioma diferente al que leo (si leo en español, canciones en inglés, francés, alemán.. O viceversa)


En otra plática muy parecida a la anterior tocamos el mismo tema y otro compañero lector me platicó que él antes de comenzar un libro investiga sobre su trama para hacer un "playlist" y así poder leer más a gusto. Hace una búsqueda básica de lo que trata o el género del libro y conforme a ello crea en su reproductor una selección afín del mismo. Obvio esto es un trabajo arduo porque, aunque uno no lo crea, musicalizar casi cualquier cosa es bastante complicado, ahora imaginémonos hacerlo en un libro del cual apenas conoceremos su contenido. ¡WOW!


En mi muy personal opinión no hay mejor música para leer que el silencio. Creo que no hay nada mejor que sentarte en el sillón más cómodo de casa y abrir ese libro que nos tiene apasionados y simplemente dejarnos llevar por la pluma de lo que ese preciado objeto nos quiere transmitir. Aunque sí me preguntaran que preferiría oír en ese mágico momento, escogería la música clásica... ¡Sí! un cuarteto de violines para un Cervantes o un Shakespeare, un poco de Bach para Anne Rice o Saramago, quizás Vivaldi para un García Márquez o Cortázar por mencionar algunos ejemplos.


Por otra parte quiero compartirles, mis queridos lectores, un experimento que realicé gracias a la tecnología y mi amor por la lectura: Pensando y masticando ya este tema de el audio y la lectura me propuse escuchar un audio libro. En este caso fue "20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada" en la voz del mismo Neruda. Debo decirles que lo disfruté muchísimo, pero llevé al cabo esta actividad de otra manera, lo escuchaba y a la par lo leía. ¡Era como sí me mismo Neruda me recitara sus poemas! Pero fuera de la confesión los invito a hacerlo igual que yo. Notarán que es una gran experiencia escuchar este tipo de escritos con la voz del mismo autor. En estos días lo hago con Rayuela, de Cortázar, escuché su voz en algunas entrevistas y algunos vídeos y mientras lo leo imagino su voz narrando su historia.


Sea cual sea su ceremonia para leer, si les gusta oír música o no prender un incienso o un cigarro, tomar café o whisky, los invito a que sigamos leyendo. Espero sus comentarios por cualquier red social o por aquí y nos leeremos como cada semana. Pero no me despido sin mi frase lectora de cada semana, en este caso es de Harold Bloom: "Estar a solas con un buen libro es ser capaz de comprenderte más a ti mismo."

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